El estrés se define como un estado de fatiga física y psicológica, que es provocado por el exceso de trabajo, desórdenes emocionales o cuadros de ansiedad.
El estrés resulta de un desequilibrio entre las demandas que enfrentamos y nuestra capacidad para solucionarlas. Mientras más demandas tengamos y menos recursos tengamos para resolverlas, mayor será el estrés.
Todos hemos experimentado alguna situación de estrés en nuestras vidas. Se trata de una reacción normal ante un cambio o un desafío, sin embargo, si los síntomas persisten en el tiempo es recomendable acudir a un especialista.
El estrés se reconoce fácilmente, pues sus síntomas son perceptibles y generalmente provocan un malestar importante en las personas.
Entre los síntomas más comunes encontramos:
- Tensión muscular.
- Pérdida de la concentración.
- Sensación de cansancio.
- Dificultad para dormir o conciliar el sueño.
- Irritabilidad.
- Tendencia a apartarse de las actividades sociales.
- Cambio en los hábitos alimenticios.
- Nauseas.
- Agitación física.
- Falta de confianza en sí mismo.
- Dolores de estómago.
- Aparecen tics nerviosos.
- Falla en la memoria.
- Aumento de susceptibilidad ante las críticas.
Estos síntomas pueden variar de acuerdo a cada persona.
¿Cómo combatir el estrés?
- Analice cuáles son las causas que están provocando estos síntomas, ya que es el primer paso para poder afrontar esta problemática.
- Confíe en sus habilidades, aptitudes y competencias para intervenir y hacer frente a las exigencias cotidianas.
- Establezca prioridades en el trabajo.
- Planifique el trabajo del día o la semana.
- No trabaje en exceso y aprenda a decir “NO”.
- Haga una cosa a la vez.
- Evite distracciones para poder concentrarse.
- Delegue algunas tareas.
- Dedique tiempo para usted.
- Realice alguna actividad física o actividad extra programática.
- Mantenga una alimentación saludable.
El estrés no siempre tiene consecuencias negativas, en ocasiones su presencia representa una oportunidad para poner en marcha nuevos recursos personales, fortaleciendo así la autoestima y la confianza en uno mismo.
Eliminar el estrés o los factores que lo causan es una tarea que se hace difícil, casi imposible, debido a que constantemente nos enfrentamos a problemas, por ejemplo: en el trabajo, en la familia y en nuestra vida cotidiana. No obstante, es posible aprender a manejarlo para que no nos afecte de forma negativa.
Por: Maricela Ramírez Orellana
Psicóloga clínica y educacional
Acreditada como Terapeuta floral