Su campana avisa que llegaron los helados, pero también deja en evidencia que llegó él. Claro, porque mientras los clásicos heladeros hacer notar la sonaja del carrito con la misma melodía, Óscar Campos opta por seguir el ritmo de lo que indique su banda sonora.
“Siempre me voy escuchando música y lo que hago sonar sigue el ritmo de las canciones que estén en mis oídos… o al menos lo intento, jajajá”, dice el portador de buenas y refrescantes noticias para los niños de sectores como la Ferro y Santa Catalina hasta San Guillermo. Y también para muchos adultos que, recordando la niñez, optan por un barquillo a la antigua… como cuando ellos eran niños.
“En este sector hay harto heladero, pero en otros como la José María Caro sencillamente no hay… es verdad que mi oficio se ve cada vez menos, pero la gante agradece que uno venda en su carrito y con atención personalizada”, agrega Óscar, de estilo único en el sector Bajos de Mena y encargado de endulzar nuestros más nostálgicos recuerdos.
-¿Qué te gusta de esta pega?
-Estar con los niños y con la gente en general. A los pequeños les enseño que hay que saludar cuando viene a mí y me dicen “quiero un helado”. “Hola, buenas tardes”, les digo y no le presto atención a su pedido hasta que me saludan.
Pero, a pesar de que se mueve en su triciclo con la naturalidad de quien se maneja en el cuento, Óscar lleva poco como vendedor de helados. “Sólo hace un año estoy en esto. Llegué por un amigo y considerando que siempre me gustó trabajar independiente, me acomodaba la pega. Tengo mucho contacto con niños, soy el único heladero que conversa y juega con ellos. A veces estoy como media hora pegado en un pasaje”, confiesa.
¿Y los precios? “El barquillo viene con dos porciones y los vendo a $300 con chispas o salsa. Y los vasos vienen con tres porciones de helado, doble salsa y chispa por sólo $500. Y yo le agrego porciones extras por 200 pesos”, complementa el heladero que no se congela con el frío del invierno. “Allí igual vendo helados y postres. Sémola, arroz con leche, jaleas con crema”, narra.
Si les gustó la historia y quieren darse un dulce chapuzón nostálgico, Oscarito también pitutea en cumpleaños. ¿Quiere contactarlo? Búsquelo en el Facebook como “Óscar Campos”. Igual le pasamos el dato: por 50 mil pesos podrá lucirse con 150 barquillos cumpleañeros. Nada mal, ¿no?