Lleva años establecido en Brasil y su tono de voz levemente ‘garotinho’ así lo delata. Pero el puentealtino Víctor Astorga mantiene vivos los recuerdos de su comuna y, sobre todo, de un poco común vínculo con la música clásica. “A los tres años una de las primeras cosas que aprendí fue a cambiar la radio de estación con esa rueda bien grande, era bien fácil. A mi mamá y la ponía en las estaciones que tocaban música clásica e instrumental: la radio Beethoven, la Radio de la Universidad de Chile, El Conquistador, esas…”, recuerda el hoy integrante Teatro Municipal de Sao Paulo en una nostálgica conversación con Portal Puente Alto.
Claro que ese coqueteo con los sonidos clásicos se transformó en pololeo con un accidente clave. “Después de la navidad mis papás le habían regalado flautas dulces a mis primos. Tenía unos 5 años y a mi hermana y a mi nada de instrumentos. Pero jugando con mi prima sin querer le quebré su flauta: le tuvieron que comprar otra nueva a ella y yo me quede con la rota. Ahí se dieron cuenta que tenia facilidad y me contactaron con un amigo que tocaba flauta dulce en el colegio… después fui a la quena, zampoñas, guitarra, teclado, piano… se puso serio el asunto”, relata sobre sus años en la Villa Nocedal.
-¿Cuánto te desarrollaste musicalmente en Puente?
-En el Colegio siempre tuve el apoyo de profesores y directores. Comencé mis estudios formales de Música en Puente Alto en el “Instituto América siglo XXI”, que quedaba en la calle Balmaceda casi llegando a Eduardo Cordero.Ahí estudié Piano y aprendí a cantar, perteneciendo a varios Coros del Instituto. Así llegué al programa “Crecer Cantando” del Teatro Municipal, donde tocamos con orquestas sinfónicas y desde ahí que quede ‘loco’ con las orquestas. Así comenzó mi carrera musical en el Conservatorio de la Universidad de Chile primero con Fagot y después con Oboe, que fue el instrumento que escogí como mi compañero de vida. Después me fui para el instituto de Música de la Universidad Católica donde me titulé en 2003.
-¿Cuánto ayudó el apoyo de tus padres y círculo cercano?
-Nada de esto habría sido posible sin la ayuda y apoyo incondicional de mis padres, principalmente mi papá que largaba todo para acompañarme a mis compromisos. También de directores y profesores de los colegios por donde pasé que me ayudaban con flexibilidad de horarios y de asistencia a clases para poder cumplir con mis compromisos… a cambio de eso siempre tenía que tocar en eventos y actos del colegio, jajajá. También agradezco a las becas que recibí durante mi carrera, entre ellas la de la corporación “Amigos del Teatro Municipal”, “Fundación de Orquestas Juveniles e infantiles de Chile”, donde hacia parte de la Orquesta Sinfónica Nacional Juvenil y de la “Fundación Andes”.
-¿Qué fue lo que te llevó a Sao Paulo y cuánto te ha servido eso en tu desarrollo profesional?
-Acá vivimos con mi esposa hace unos dos años y medio. Estuvimos durante diez años en Río de Janeiro, donde comenzó mi vida profesional. Empecé a trabajar Profesionalmente en la Orquesta Sinfónica Brasileira, donde llegué a ser co-solista de oboe y Solista de Corno Inglés, después entré a la Orquesta Petrobras Sinfónica donde fui solista en Oboe y Solista de Corno Ingles, y también pasé por el Teatro Municipal de Río de Janeiro, donde conocí a mi esposa (Cintia Pimentel), que era bailarina de Ballet del Teatro. Con ella decidimos ir a São Paulo, su ciudad natal, y trabajamos en la São Paulo Compañía de Danza y yo en el Teatro Municipal de São Paulo. Allí también comenzamos carreras paralelas de Producción Musical, Producción Audio-Visual y Cinema, que es la área en que trabajamos hoy.
-Hiciste de la música tu profesión. ¿Requiere mucho esfuerzo tomar ese camino y llegar tan lejos?
-La música es muy linda y sacrificada. La competencia es grande y el nivel sube a cada día, hay que mantenerse siempre en forma y siempre con un nivel muy alto de performance para poder continuar, muchas veces familia y amigos tienen que quedar de lado, y cuando se es niño y joven los juegos y las fiestas pasan a segundo plano: fueron y son muchas horas diarias de estudio y de preparación para poder llegar a un nivel de profesionalismo que me permitió viajar, tocar y conocer mucha gente, artistas y profesores en varios países y poder alcanzar puestos en orquestas importantes de Brasil.
-¿Qué recuerdos guardas de Puente Alto?
-Guardo en mi corazón todos los momentos que viví en Puente alto. Yo vivía en la Villa Nocedal, donde conocí a mis mejores amigos que aún son parte de mi vida. Me acuerdo que cuando estudiaba me gustaba abrir la ventana de mi pieza y tocar para que todos me escucharan y algunos vecinos apagaban las radios para no incomodarme, a veces el silencio me incomodaba a mi y paraba pensando que estaba incomodando pero no, era al contrario. Gracias a Dios, nunca tuve problemas con mis vecinos por estudiar y tocar por tantas horas hoy en día es la misma cosa.
-¿Alguna intención de establecerme en Chile?
-Lo veo un poco difícil porque ya estamos bien establecidos aquí en Sao Paulo, creamos raíces y ahora viene nuestro primer(a) hijo brasileño, así que nuestro destino ya esta medio trazado acá. Pero uno nunca sabe las vuelta que da la vida: este año fui convidado por el Teatro Municipal de Santiago para tocar algunos programas junto a la Orquesta Filarmonica. Después de 12 años tuve la suerte y el honor de volver tocar en mi tierra y hay algunas otras invitaciones para el futuro, así que puede que -aunque por periodos cortos- vuelva a tocar en mi Chile querido.