Al rededor de su altar, ”La cholita” tiene varios mensajes de agradecimiento por parte de familias o personas que han necesitado de su ayuda, y ella les ha concedido el favor.
En un costado de la plaza Elvira Matte, se encuentra la Capilla Nuestra Señora de Montserrat, donde se rinde homenaje a la Virgen de Montserrat. Una mujer, santa, de piel morena que se relaciona al mundo de la delincuencia en Chile.
Gracias a ella, la plaza recibe el nombre de ”La Monse”. En su altar, prenden velas y escriben mensajes de agradecimiento. La gente se acerca y se sienta en las bancas frente a ella y rezan.
Se trata de la estatúa de una virgen de piel oscura, y del Niño Jesús sentado en su regazo. La Virgen sostiene con la mano derecha una esfera, símbolo del cosmos, la creación, el volumen perfecto.
Con la mano izquierda, hace el gesto de ponerla sobre el hombro del Niño, indicando así que aquel rey omnipotente es hijo suyo. El Niño Jesús bendice con la mano derecha y en la izquierda sostiene una piña, símbolo de fecundidad. Todo ello provoca una impresión majestuosa y afable a la vez.


Historia
La cholita, Morenita, Mamita Monse, así nombran a la Patrona de Cataluña, una de las nueve patronas de la Comunidades Autónomas de España. En ese país, en una localidad llamada Montserrat, una virgen apareció milagrosamente ante delincuentes en una cueva donde se escondían, en lo alto de un cerro, por lo que se creyó que la virgen era su protectora.
Llegada a Chile
La Virgen de Montserrat, arribó a nuestro país con la llegada de la española Inés de Suárez, quien era fiel creyente de la Patrona de Cataluña. Se mandó a edificar una ermita en lo alto del Cerro Blanco en 1545, siendo la primera construcción religiosa del país, y a fines del siglo XVI se levantó una nueva capilla a los pies de este sector.
En 1834 se levantó la edificación actual, declarada Monumento Nacional en 1990, que es la parroquia de “La Viñita”, enclavada en la esquina de la avenida de Recoleta con la calle Santos Dumont. Ahí permanece la original Virgen de Montserrat o la “Cholita”.
Desde entonces, y gracias a la historia ya contada, la mujer se ha vuelto una santa conocida en Chile, en el mundo de la delincuencia y marginalidad. Pero no necesariamente debes ser bandido o bandida para rendirle honores a esta virgen, que ha concedido favores y milagros según varias personas que le han pedido ayuda.
Conexión con la delincuencia
Es tal su creencia, que se ha visto a criminales pedirle a este símbolo religioso que los proteja antes de salir a misiones ilícitas. O bien que les conceda la libertad si están recluidos.
En la cárcel se registran altares en su honor y si hay una pared más o menos despejada, se pinta su figura, mientras que otros se la tatúan en el cuerpo.
Las personas asociadas a la vida delictiva creen en ella como su madre, y ellos como sus hijos que están siendo protegidos.