Queda muy poco para que el Viejito Pascuero llegue a los hogares chilenos, trabajo arduo pues el querido Santa Claus tiene que recorrer todo el planeta durante la Noche Buena, labor que por si solo le es imposible, es por esto les pide una mano a anónimos servidores que le ayudan a repartir alegría y esperanza a todos los niños.
Este es el caso de Marco Antonio Hidalgo, vecino de Bajos de Mena quien trabaja en la construcción, y que durante la época navideña hace ya cuatro años se convierte en Viejito Pascuero, instancia que surgió debido a problemas económicos: “Comencé a trabajar por necesidad, no tenía ni siquiera para un pan y un amigo y de ahí empecé a trabajar”. Pero más allá de los problemas, es el propio Marco Hidalgo quien nos declara que ha sido una experiencia maravillosa convertirse en Santa Claus, ya que el ponerse el traje es una gran responsabilidad: “Es muy lindo, porque yo soy un Viejo Pascuero del pueblo, voy a los hogares de menores o ancianos cuando me invitan y no cobro ni uno. Yo acá en Puente Alto me saco fotos a lo que uno quiera, yo no pido plata, solo cooperación, porque aquí estamos en Puente Alto, en un pueblo pobre, entonces debes cobrar lo que se debe, por eso Dios me ha bendecido mucho”.
Para el propio ayudante de Papá Noel, uno de los pagos más importantes es el afecto de la gente y especialmente en estos días de estallido social: “Uno da cariño y uno recibe cariño también, y lo bueno es que uno da cariño en este pueblo, y este pueblo es para dar cariño, especialmente en estos momentos”, experiencias que le han traído momentos inolvidables: “Había un caballero en el sector de la papelera, estaba postrado, tenía como seis meses de vida, y justo llegué antes de las 24 en la noche (de navidad), y el hombre se paró a darme un abrazo, y después de los seis meses vivió un año más”.
Aunque tras esa gran alegría hay un dolor profundo, luego de sufrir un complicado accidente que lo mantiene caminando con muletas, problemas que no lo agobian al mirar la vida con optimismo: “Tuve un accidente, me atropelló una micro, fue hace como 9 o 10 meses, si a mí me habían dejado postrado, y la magia del Viejo Pascuero no puede quedar postrado”.
Para finalizar la entrevista, el propio Marco Antonio Hidalgo con todo el espíritu navideño que lo caracteriza le envía un mensaje a todos los puentealtinos: “Estamos tan mal, que la magia es lo mejor que hay, la alegría de lo que uno tiene hay que dársela al mundo. Tengamos unidad, amor y paz”.