Es uno de los establecimientos más antiguos que han acompañado la historia de Puente Alto. El colegio Domingo Matte Mesías forma parte de una de las instituciones educativas con más años en el sector, ha albergado y visto crecer a muchos jóvenes desde su fundación en 1934, siendo el alma máter de miles de nuestros vecinos que vieron en el colegio un lugar para superarse.
A pasos de la Plaza, en la calle Santo Domingo, que por coincidencia o por gusto lleva el nombre del fundador, se encuentra el colegio Domingo Matte Mesías, uno de los colegios más grandes de Puente Alto. Con un sello marcadamente religioso, la misión del colegio es “favorecer el desarrollo espiritual, ético, moral, afectivo, intelectual, artístico, físico y social, de los alumnos(as) para que junto a la comunidad se comprometan libremente, a buscar, descubrir, comunicar y conservar la verdad”, entre otros grandes aspectos, poniendo énfasis, fundamentalmente, en educar a sus estudiantes bajo valores cristianos.
La historia comienza en 1934, el colegio abre sus puertas a la comunidad de la mano de sus fundadores, don Domingo Tocornal Matte y doña Mercedes Matte Pérez de Mackenna. El objetivo de sus precursores fue formar un colegio católico, apostólico y romano sin fines de lucro para dar educación de calidad a los niños más necesitados de Puente Alto.
La primera generación de estudiantes, quienes inauguraron la institución, a la que Tocornal y Matte donaron parte de su patrimonio familiar, fue de 167 alumnos, todos varones, divididos en: Primera preparatoria con 59 alumnos, segunda preparatoria con 55 alumnos, tercera preparatoria con 31 alumnos, cuarta preparatoria con 22 alumnos. El primer Director de la Escuela fue el Sr. Lorenzo Labraña, acompañado por tres profesores, Don Osvaldo Ojeda, el Sr. Bruno Briceño y Don Víctor Hurtado, quienes tenían que dar abasto para enseñar a cada uno de los alumnos de todos los ciclos.
En 1935, el Directorio del colegio entrega la responsabilidad educativa a la congregación de Hermanos de La Salle, es en este momento en el que se instaura y profundiza el concepto de colegio católico. La presencia y el aporte de los religiosos se mantuvo por treinta y ocho años, hasta 1973.
El Año 1942, se crean las humanidades, dando origen al Instituto “Ismael Tocornal” en homenaje al padre del fundador. Su primer Director fue el religioso hermano Justo. El Instituto “Ismael Tocornal” inicia sus actividades con un primer año de humanidades conformado por 34 alumnos. Este curso correspondería al séptimo básico de hoy. Sin embargo, cierra sus aulas en 1970.
Al morir su fundador, el colegio pasa a manos de doña Rosa Tocornal Gandarilla, quien en 1973 abre las puertas a las primeras alumnas del instituto.
Con el paso de los años, el colegio siguió acogiendo alumnos, sus matrículas aumentaron considerablemente hasta convertirse en la gran institución que es hoy, uno de los centros educacionales con más estudiantes de la comuna.
El año 1997, los colegios de la Fundación “Domingo Matte Mesías” se unen nuevamente a la iglesia católica a través del nombramiento de un Rector Diácono, profesor de Física y Ciencias Naturales, Sr. Luis Brunetto Herrera; quien los vincula a la Vicaría de la Educación y lo declara ante las autoridades de Ministerio de Educación como colegio confesional católico.
En la actualidad, el colegio sigue con una formación cristiana, orientada a entregar valores de solidaridad y respeto a los estudiantes, además de ser un semillero de futuros profesionales.
Camila Carrillo es ex estudiante del Matte Mesías, estudió ahí toda su vida. Infancia y adolescencia estuvieron marcadas por las enseñanzas brindadas por el colegio. Nos cuenta que el colegio la marcó mucho, le entregó lecciones de vida fundamentales, y hace un reconocimiento a la profesora Rebeca Coloma, que gracias a ella descubrió que la danza era su pasión, hoy Camila va a ingresar a estudiar Danza y Coreografía.
“Aprendí mucho en La Matte, si bien no era una de las mejores alumnas, me ayudaron a formarme como persona. Los valores y la dedicación que otorga el colegio son incomparables. Realmente es lo mejor que me ha pasado en la vida y me siento orgullosa de decir que soy una mattemesina de corazón”, dice Camila.
Por: Valentina Deneken